También llamada guerra Pírrica, comienza el 280 a.C y termina con la expulsión del Rey Pirro en 275 a.C.
Antes del final de las guerras samnitas, Roma había firmado un trato de no agresión con Tarento, a cambio de su neutralidad, Roma prometió no cruzar el promontorio de Lacino. A Tarento le inquietaba la rápida expansión de Roma, mientras que, a Roma no le convenía la sublevación de un pueblo vecino ya que se encontraba en una guerra con los samnitas.
El inicio de estas guerras se desata con el rompimiento de este tratado por parte de Roma, el cual sobrepasa el límite establecido con la excusa de ir en ayuda de los Turio. Claramente esto fue una excusa del Estado Romano, que ya con una victoria sobre los samnitas y la necesidad de controlar su comercio, le era inútil el pacto con Tarento. Tras el incumplimiento de parte de Roma Tarento pide ayuda a Pirro, rey de Epiro, para combatir a Roma.
Sin duda, Pirro fue una piedra en el zapato para Roma, quien le complicó el proceso de conquista a Roma.
En la primera batalla de Heraclea (280 a.C), Pirro sale victorioso al igual que en la de Ausculum (279 a.C). A pesar de las victorias, Pirro sufría grandes pérdidas para poder obtenerlas, el mismo pronunció "Otra victoria como ésta y estaré vencido". Tras la débil situación en que se encontraba Pirro, solicitó la paz al Senado Romano, la cual fue rechazada.
Pirro se traslada en ayuda a los habitantes de colonias griegas en Sicilia, los que rechazaban la presencia de Cartago en la isla.
Cartago para protegerse de los griegos acude a Roma, vuelven a pactar un tratado para expulsar a Pirro de la región, quedándose Roma con la totalidad de la península y Cartago con la isla de Sicilia.
Pirro abandona la isla, no puedo contra los cartagineses, se devuelve a la península, allí es derrotado por los romanos en Malaventum (que a partir de eso se le cambió el nombre a Beneventum) en 275 a.C, a lo que Pirro dijo "¡Qué campo de batalla dejo para los romanos y los cartagineses!"
En 272 a.C Roma termina de conquistar por completo Tarento, varios prisioneros de guerra que terminan como esclavos.
Roma aún ambiciona más, y dada su expansión necesitaba una fuente de provisiones que sustentara a la ahora gran Roma, es así que pone sus dardos sobre Sicilia, crea conflicto con Cartago y comienza la primera guerra Púnica.
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