La secesión de 494 a.C


Roma se encontraba en el contexto de guerra contra los Volscos y esta situación tenía entre la espada y la pared a los plebeyos, en un circulo vicioso, el cual los condenaba a la esclavitud por deudas.
La necesidad de Roma de tener un ejército cada vez más grande llevó a que acudieran a los plebeyos. Éstos al volver de los combates (si es que volvían, y sino, empeoraba la situación, dejando a su mujer viuda), se encontraban con sus cultivos, o incendiados por los volscos o muertos por la dejación y falta de trabajo, obligados a pedir préstamos y endeudarse. La difícil situación económica de roma llevaba a estos pobres plebeyos a ser esclavos de su deudor.
Dionisio (6.26.1-3) refiriéndose al centurión: “Habiendo nacido libre y sirviendo en todas las campañas mientras estuve en edad militar, luché en veintiocho batallas logrando frecuentemente premios al valor en las guerras; después vinieron tiempos opresivos que redujeron la república a las últimas estrecheces, habiendo sido forzado a contraer una deuda para pagar las contribuciones que se me exigieron; y finalmente, cuando el enemigo asoló mi granja y mi propiedad en la ciudad terminó exhausta a causa de la escasez de provisiones, no teniendo medios con los cuales descargar mi deuda, fui llevado como un esclavo por el prestamista, junto con mis dos hijos; y cuando mi amo me ordenó realizar alguna tarea difícil y yo protesté por eso, recibí muchos latigazos”.
La injusticia hacia la plebe fue tal que no tenían cómo evitar su destino, la ley lo decía, y no había nadie en el senado que los representara y protegiera. Ésto causó la indignación de la clase plebeya la cual tomó la drástica decisión de para sus actividades productivas y negarse a participar del ejército romano, lo cual deja a los patricios en una situación apretada, ya que el sustento y la base de toda clase de actividad en Roma dependía de ellos.
Tras no haber una solución, los plebeyos se marcharon al Monte Sacro (una colina de roma, en las cercanías del río Aniene).
Los patricios se vieron en la obligación de negociar, dándole a los plebeyos magistrados; dos tibunos de la plebe (tribuni plebis), la facultad de asistir a los plebeyos en caso de alguna injusticia y se les concedió una asamblea exclusiva de plebeyos (concilium plebis)

[2.33] Se empezó a negociar buscando la reconciliación. Se llegó al acuerdo de que la plebe debía tener sus propios magistrados, cuyas personas serían inviolables, y que tendrían derecho de auxilio contra los cónsules. Y, además, no se le permitiría a ningún patricio el ejercicio de dicho cargo. Se eligieron dos tribunos de la plebe, Cayo Licinio y Lucio Albino. Estos eligieron a tres colegas. En general se acepta que Sicinio, el instigador de la secesión, fue uno de ellos, pero no se sabe quiénes fueron los otros dos. Algunos dicen que sólo se nombreron dos tribunos en el Monte Sacro y que fue allí donde se aprobó la Lex Sacrata. Durante la secesión de la plebe Espurio Casio y Postumio Cominio -493 a.C.- tomaron posesión de su consulado. En su año de magistratura se firmó un tratado de paz con las ciudades latinas, permaneciendo en Roma uno de los cónsules con éste propósito. El otro fue enviado a la guerra contra los volscos. Derrotó un ejército volsco de Ancio, y los persiguió hasta Longula, de la que se apoderó. Luego avanzó hacia Polusca, que también pertenecía a los volscos, y la capturó; después atacó Corioli con gran fuerza. Tito Livio, La historia de Roma Vol 1

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